
Pero, todavía hoy uno de ellos está despedido. Su despido es tan injusto como el del resto, porque, entre otras razones, nunca existieron motivos para sancionar a ninguno de los nueve delegados que defendieron un convenio mejor, y mucho menos para despedir a uno sólo de ellos. Los expedientes disciplinarios fueron un escalón más en la represión sindical que la empresa y determinadas organizaciones sindicales, con total desprecio, ejercieron contra ellos y sus sindicatos.
Mucho debió molestar a la empresa y a los firmantes del convenio que buena parte de la plantilla se movilizara en su contra, tanto como para que utilizaran las sanciones y los comunicados para contrarrestar esa movilización y desviar la atención de lo que realmente les importaba a las y los trabajadores: impedir la firma de un convenio que sembraba la semilla de la doble escala salarial y abría la posibilidad a la implantación de una injusta clasificación profesional.
En CGT seguiremos defendiendo el derecho que todos tenemos a la negociación, a la justicia y, si es necesario, a la movilización.
Por activa y por pasiva, una vez mas, le pedimos a la empresa recuperar la vía del dialogo; le pedimos que abandone la vía jurídica y considere definitivas las readmisiones de Teresa y Porfirio, que readmita a Álvaro y anule los expedientes de todas y todos los sancionados.
CGT.ES/telecomunicaciones
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